Qué difícil es valorar algo cuando lo tienes en tu mano,
cuando piensas que no se va a esfumar, cuando estás convencido de que siempre
va a estar ahí. Sin embargo, llega un día en el que te das la vuelta y no, no
está. No va a estar nunca más.
Quizás estabas ocupado valorando otras cosas que aún no
tenías y por eso dejaste escapar lo único que estaba contigo. Quizás.
Quizás ahora lo valores, lo eches de menos, te vuelvas loco
pensando en esa cosa que considerabas insignificante. Quizás sólo lo haces
porque ya no la tienes.
Por eso, valora lo que tienes en este mismo instante y olvídate
de lo que has perdido. Nunca se sabe qué es lo que puedes perder esta vez.